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Ensayos sobre la gestión y el liderazgo

Planifica… Pero primero observa, pregunta y piensa

julio 11, 2022
Precede tu planificación estratégica con un conocimiento meticuloso de las cualidades y características propias tu organización.

El verano está en pleno apogeo en el hemisferio norte (la época favorita de muchos para acampar, relajarse con la familia cerca del mar o en la montaña y… planificar de manera estratégica). Sí, en el corazón de los líderes de muchas organizaciones yace el insaciable deseo de dedicar cada verano una cantidad significativa de tiempo y recursos a la planificación estratégica anual.

Por favor, no me malinterpretes: soy un firme defensor (y así lo pongo en práctica) de la planificación estratégica e inteligente. Creo en el proverbio que dice “si no planificas, entonces estás planificando tu fracaso”. Sin embargo, en los últimos años he podido observar que muchas organizaciones separan el proceso de planificación anual del cierre anual de operaciones. Planificar es un medio para un fin. No es el fin en sí mismo. Tu tarea como líder no consiste en idear un plan, sino en vivir ese plan.

Conozco una organización que finalizó su planificación programando reuniones trimestrales para que el consejo o junta siguiera y midiera los progresos realizados. Cada una de esas reuniones fue posteriormente cancelada porque todo se volvió demasiado complicado. Conozco varios altos directivos que presumirían de tener entre sus mayores logros el haber “desarrollado un plan estratégico”, pero que no sabrían explicar con exactitud cómo han cambiado con ello su organización. ¿Algo de esto te es familiar? Si es así, por favor, ten en cuenta lo siguiente:

Las reuniones anuales de planificación facilitan al grupo la posibilidad de examinarse a sí mismo, su posición actual y su efectividad real. Pero, a menos que intervengas de manera activa, el proceso por sí solo no hará que tu gente interiorice las metas y valores que esa planificación describe.

Es fácil dejarse absorber por el importante proceso de la planificación estratégica y que finalmente nos distraiga de nuestra meta principal, con todos sus ejercicios y análisis, con todas sus pizarras, mediciones e indicadores. Algunas de estas metodologías acaban ellas mismas dirigiendo el proceso. Ahí es donde está la trampa.

Tu planificación debería estar al mismo nivel que tus posibilidades. La misma talla no nos sirve a todos. Un inconveniente potencial de las reuniones de planificación de estrategias, tan en boga hoy en día, es que éstas tienden a imponer soluciones de talla única para todo. Ningún conjunto de actividades y ejercicios puede ayudarte de manera significativa a menos que tú, el líder, hayas facilitado un contexto apropiado en el que llevarlas a cabo.

Para que funcione, tu planificación debe ser realista de acuerdo con las cualidades y las características propias de tu organización. Si no sirve para ti, no te ayudará.

Precede tu planificación estratégica con un conocimiento meticuloso de las cualidades y características propias tu organización. Los líderes eficientes hacen esto a lo largo del año, y refuerzan ese conocimiento visitando a menudo los puestos de primera línea. Allí, interactúan con su gente. Hablan con los pacientes, que son los verdaderos receptores de sus servicios. Escuchan y preguntan allá donde vayan.

El director de un gran hospital solía entrar al edificio cada día por una entrada diferente. Así es como descubrió salas de espera y demás espacios públicos tan deteriorados que estaban desmoralizando por igual a pacientes y empleados. Tomó las riendas. Esperar a la próxima reunión de planificación estratégica, cuando un director de hospital no toma el mantenimiento de las instalaciones como una prioridad, es una pérdida de tiempo. Ésta es una inclusión significativa. Demasiadas organizaciones no alcanzan este mínimo deseable 51 semanas al año y, erróneamente, se consideran a sí mismas “inclusivas” pues invitan a miembros del personal para que asistan a las planificaciones.

Sal de tu oficina una vez por semana, o una vez al día. Habla con un empleado de grabación de datos o con un encargado de subvenciones. Camina por el edificio. Cuando lo hagas, nuevas ideas, soluciones y retos aparecerán en tu camino. Sólo entonces deberías asistir a una reunión de planificación.

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