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Ensayos sobre la gestión y el liderazgo

Construyendo alianzas: doctor Mauricio Hernández Ávila

julio 11, 2022

México era un país donde se toleraba ampliamente el tabaquismo cuando el doctor Mauricio Hernández Ávila, entonces subsecretario de prevención de enfermedades y promoción de la salud, aceptó el desafío de desarrollar e instaurar un programa para el control del consumo de tabaco.

Los ataques de la industria fueron feroces; los fondos escasearon, incluso dentro del propio gobierno intentaron boicotear su plan. El doctor Hernández pronto comprendió que ni un decreto ministerial, ni afrontar el solo aquel desafío, sería suficiente para superar los obstáculos que se le presentaban. Lentamente, con constancia y con poco dinero, recopiló y publicó estudios con los que educar a la ciudadanía acerca de los riesgos reales del consumo de tabaco. Construyó y cimentó alianzas con partidarios dentro de la rama legislativa y con las organizaciones no gubernamentales anti‐tabaco de su país.

Perseveró, y su estrategia (apoyada por una fuerte campaña en los medios para contrarrestar los ataques de la industria) se tradujo en unas solidas medidas que se aprobaron en 2010. Además, el doctor Hernández supo ver el poder y el desafío que suponía trabajar mano a mano con las asociaciones no gubernamentales. “Identifica a tus aliados y dales la información que necesiten para convertirse en líderes”, aconseja el doctor Hernández. Pero comprende también que estos nuevos aliados pueden ser menos proclives a la espera y al compromiso. Para trabajar eficientemente con ellos, los líderes de la salud pública en el gobierno tienen que identificar y resaltar las mayores metas y áreas en común, tal y como logró hacer con éxito el doctor Hernández.

“Debes aprender a tener cierta tolerancia al desacuerdo”, nos recuerda Hernández. “Recordar que ellos te están ayudando, y que están haciendo su trabajo, incluso aunque no te guste todo lo que hacen”.

Construir alianzas efectivas no es una habilidad con la que hayan nacido o en la que se hayan educado la mayoría de trabajadores de la salud pública. Muchos de nosotros acudimos a esta llamada tras una trayectoria científica o en la medicina, no en la gestión y en los negocios. Sin embargo, con frecuencia se nos pide que desarrollemos y ejercitemos estas habilidades para lograr nuestras metas.

Ésta es la razón por la cual el IMDP de La Unión ofrece cursos (entre los que se encuentran cursos de Influencia, Trabajo en red y Colaboración) para enseñar y reforzar las habilidades esenciales en la gestión.

El doctor Hernández es un ejemplo de esas personas que tuvieron que afrontar el liderazgo tras una trayectoria en la medicina. Experto en patología, fue enviado a un proyecto de nutrición que se estaba llevando a cabo en una aldea de montaña en el México rural, donde la marginada población indígena no disponía de agua potable ni una adecuada nutrición. El proyecto resultó ser todo un éxito al ayudar a los niños de la aldea a crecer más fuertes y sanos.

El doctor Hernández estaba anclado a su experiencia profesional. Pero cambió de dirección para emprender una carrera en la salud pública: “Cuando trabajas al nivel de tu comunidad”, dice, “el impacto es más grande.  Tu trabajo puede convertirse en algo más relevante”.

El doctor Mauricio Hernández personifica lo mejor de esta profesión: la pasión por marcar la diferencia, mezclada con el coraje de afrontar los riesgos y la capacidad de centrarse en (y dejarse llevar por) el objetivo de lograr un mundo más saludable y seguro.

Éste es su consejo para todos aquellos que desean producir un impacto similar en la sociedad:

“Trabajo en equipo. Es muy importante escuchar a tu gente para que ellos vean que eres receptivo a lo que puedan aportar. Se claro en tus objetivos y en tu forma de comunicarlos. Corre riesgos. Si los líderes no corren riesgos, no son verdaderos líderes”.

Bien dicho, doctor Hernández.

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