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Ensayos sobre la gestión y el liderazgo

Cómo ser un líder

julio 11, 2022
El liderazgo comienza por decirnos a nosotros mismos: “Puedo hacer algo acerca de estos problemas. Acepto el desafío”.

Es tan fácil decir: “Los problemas son demasiado grandes, los desafíos son demasiado insuperables”.

Es tan fácil pensar: “¿Cómo puede una persona hacer la diferencia cuando las limitaciones son tan graves?”

Es tan fácil esperar menos cuando los recursos financieros y físicos son escasos y los recursos humanos están poco capacitados.

En resumen, es tan fácil para los programas de salud pública no alcanzar las expectativas en efectividad y calidad de tratamiento.

Pero países de bajos ingresos como la República Democrática del Congo, donde los trabajadores de TB continuaron trabajando y cuidando a los pacientes a pesar de los peligros de una de las guerras civiles más sangrientas del mundo, y Mianmar, donde los recursos son similarmente escasos, tienen culturas inculcadas de organización de pensamiento positivo, perseverancia y de alcanzar o casi alcanzar los objetivos del programa.

En estos y otros países, los líderes pudieron hacer la diferencia. La razón principal, yo propongo, es que dieron el crítico primer paso de creer que podían hacerlo.

Hay un líder dentro de cada uno de nosotros. Nuestro desafío es despertar a ese líder interior y luego escuchar la voz con la cual nos habla.

¿Cómo podemos hacerlo? ¿Cómo podemos escuchar y hacer caso a esa voz, que en ocasiones percibimos sólo como un débil susurro casi ahogado por el rugido diario de los obstáculos, las carencias y la simple necesidad?

Se comienza por cambiar el guión que corre continuamente en nuestros cerebros: el que afirma que los problemas en cuestión son simplemente demasiado grandes.

El liderazgo comienza por decirnos a nosotros mismos: “Puedo hacer algo acerca de estos problemas. Acepto el desafío”.

El liderazgo se fortalece cuando luego nos decimos: “Mientras continúe actuando, hay esperanza.” Un líder ve un problema, no importa qué tan grande y lo divide en partes más pequeñas y manejables que todo el equipo pueda afrontar un pedazo a la vez.

Un líder se esfuerza por comprender el problema, proponer soluciones e involucrar a toda la organización en la implementación de esas soluciones. Y un gran líder inspira al equipo a idear sus propias soluciones para su parte del problema. Alcanzar el éxito empieza por cambiar la cultura, lo que a su vez empieza por cambiar las concepciones prevalentes.

Por supuesto, el liderazgo es mucho más que tener una visión e inculcar una concepción. El liderazgo se juzga a fin de cuentas por su habilidad para implementar, ejecutar y lograr objetivos. Establecer una actitud positiva en toda la organización es el primer paso crítico, pero también lo son los conjuntos de habilidades de la administración efectiva: logística, hacer presupuestos, comunicación, desarrollo de recursos humanos y cosas así.

Muchas personas creen que sólo lo último (los conjuntos de habilidades específicas) puede enseñarse. En el Programa de Administración y Desarrollo Internacional (IMDP) del Sindicato, creemos lo contrario. Nuestros cursos profundizan sobre las habilidades de administración tradicional, pero el liderazgo, su cultivo y desarrollo es una de nuestras áreas básicas de estudio.

Los programas del IMDP son prácticos, e integran la instrucción y la teoría en el aula con las experiencias del mundo real. Esto se aplica tanto a nuestros cursos de liderazgo como a nuestros programas de finanzas, comunicación y recursos humanos. Ayudamos a los administradores del programa a convertirse en líderes atreviéndose a preguntar: “¿Cómo puedo hacer la diferencia?”

Lo invito a desafiar a más de sus administradores a aprender cómo hacer y responder esa pregunta asistiendo a un curso de liderazgo del IMDP.

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