Excelencias, estimados delegados, socios, colegas y amigos…
Estoy muy agradecido por la oportunidad de dirigirme a ustedes aquí en este día. He acudido a muchas conferencias regionales y mundiales a lo largo de los años… y de hecho acabo de regresar de la 47ª Conferencia Mundial de La Unión sobre salud pulmonar celebrada en Liverpool, Inglaterra, apenas la semana pasada … y nunca dejan de sorprenderme la gran diversidad… inteligencia.. y compromiso de la comunidad de personas que componen La Unión.
Los miembros de La Unión, su personal y sus consultores trabajan en primera línea para la eliminación de la tuberculosis. Están en primera línea de la salud pública mundial. Es una lección de humildad, y hace que me sienta profundamente agradecido por su aporte y el impacto que han tenido sobre la vida de millones de personas en el mundo entero. Gracias por todo lo que hacen. … Me han pedido que les hable del papel de La Unión en la eliminación de la TB en el mundo.
Es extraordinario el cambio que hemos presenciado en la respuesta del mundo a la TB. Hace apenas pocos años, la palabra “eliminación” era casi un tabú en la comunidad científica. Hablar de eliminar la TB, de poner un término a la TB, era controversial. Era provocativo.
Si bien teníamos la meta de acabar para 2050 con la TB como problema de salud mundial, se trataba de algo que casi nunca se oía mencionar. Y esto ha cambiado. De hecho, sucede lo contrario. Nuestra comunidad ha adoptado el objetivo de terminar con la TB. Y ahora hasta nos hemos fijado el objetivo de acabar con la epidemia de TB para el 2030, y nos incumbe hacer todo lo que esté en nuestras manos para lograr este objetivo. Se trata de un objetivo extremadamente ambicioso, que requerirá cambios inmensos en nuestra manera de llevar a cabo nuestra labor. Si seguimos haciendo lo de siempre, fracasaremos. Es así de simple.
Hace apenas unas semanas, hemos recibido noticias inquietantes de la Organización Mundial de la Salud. En base a los datos comunicados por la OMS para 2015, ahora sabemos que la TB afecta a nivel mundial mucho más de lo que pensábamos anteriormente. La tuberculosis ha matado a 1,8 millón de personas en el 2015.
Un millón ochocientas mil personas. Esta cifra representa 300 000 muertes suplementarias en comparación con el año anterior. Se debe este incremento al hecho de que la India tiene ahora una ley nacional que hace de la TB une enfermedad de declaración obligatoria, incluso cuando son médicos del sector privado los que diagnostican la TB. Ahora, estas muertes se han contabilizado.
2015 ha sido el segundo año consecutivo en que la tuberculosis ha matado a más personas que cualquier otra enfermedad infecciosa a nivel mundial. Es una situación devastadora. Y no se para aquí. Estamos ahora frente a la crisis de la farmaco-resistencia de la TB – un desafío al que el Perú hace frente resueltamente. Las estimaciones más recientes indican que unas 580 000 personas han contraído alguna de las formas de TB farmacorresistente el año pasado. O sea 100 000 casos más que el año anterior, puesto que ahora tenemos datos sobre personas que padecen una TB resistente a la rifampicina.
Las tendencias están mal encaminadas. Cada día que pasa manteniendo las prácticas de siempre mueren 5 000 personas más de TB. Sin embargo, al mismo tiempo nos hemos comprometido a eliminar la epidemia de TB en apenas 15 años.
No podemos seguir así.
Debemos cambiar el curso de la epidemia, y debemos hacerlo con urgencia. Es responsabilidad nuestra. … Stephen Lewis, antiguo Enviado Especial de las Naciones Unidas para el SIDA en África, pronunció el discurso principal de la sesión de apertura de la Conferencia Mundial la semana pasada. Quiero citar algo que dijo durante su discurso que se me ha quedado grabado en la mente. Dijo que el hecho de que “estemos perdiendo casi dos millones de personas por año, innecesariamente, resulta demasiado espeluznante para poder aceptarlo.
Y nos traumatiza aún más cuando tomamos conciencia de que el SIDA/VIH no tiene curación, y sigue siendo visto como una sentencia de muerte en muchas regiones del mundo. Sin embargo, la TB, como todos sabemos, puede curarse completamente. No hay ningún motivo defendible en el mundo que justifique que perdamos esos dos millones de vidas”.
No hay ningún motivo en el mundo de perder esas vidas. Estoy de acuerdo con el Embajador Lewis, y estoy convencido de que ustedes también. Es un escándalo que la TB siga matando más que cualquier otra enfermedad infecciosa a nivel mundial, cuando sabemos cómo acabar con ella.
Desde que me convirtiera en el Director Ejecutivo de La Unión, me he estado planteando la pregunta siguiente: ¿qué podemos hacer de una manera distinta? ¿Qué es lo que yo puedo hacer de otra manera para lograr que La Unión tenga un impacto mucho mayor contra la epidemia de TB? Sé que no soy el único en plantearme estas preguntas, puesto que sencillamente no podemos seguir así. Si acudieron a la Conferencia Mundial de Ciudad del Cabo el año pasado, pudieron ver cómo este concepto transparecía a lo largo de la conferencia, cuyo tema era “Un nuevo programa”.
Estábamos lanzando un llamamiento para adoptar los nuevos objetivos mundiales, para lanzar un programa que acabara con la TB, para adoptar creatividad, innovación y nuevos enfoques – porque todos estos elementos son necesarios para poner un término a la epidemia.
Al pedir un nuevo programa, La Unión estaba difundiendo el mensaje de que ya no podíamos seguir haciendo lo de siempre como si nada. Ahora bien, siempre que una comunidad propugna un nuevo programa, lo primero que sucede es que se enfrenta a resistencias.
Así, en Liverpool la semana pasada, el tema de la 47ª Conferencia Mundial era “Enfrentar la resistencia”. Este tema remitía a nuestra necesidad de enfrentarnos a la crisis de la fármaco-resistencia, pero también a la necesidad de que nos enfrentemos a todas las barreras que puedan impedirnos avanzar más rápidamente hacia la eliminación de la TB – barreras que nos impiden poner en práctica los fundamentales y superar las barreras que frenan la innovación.
Todos sabemos que La Unión tiene que desempeñar un papel inmenso en el marco de los esfuerzos para acabar con la TB. ¿Cuáles son nuestras prioridades? La Unión trabaja siguiendo el modelo de Saber … Compartir … y Actuar para cumplir con nuestra misión de facilitar soluciones de salud para los pobres. Saber, compartir y actuar se ha convertido en el mantra de La Unión.
Indica que nuestra labor se fundamenta en un cuerpo de pruebas científicas… y que compartimos esos datos con todos aquellos que los necesiten… y que emprendemos la acción necesaria para cerciorarnos de que esos datos acaben produciendo mejoras en materia de salud. Saber. Compartir. Actuar.
Estos han sido los principios que han dirigido a La Unión desde su fundación hace casi un siglo, y son los principios que seguirán guiando nuestra labor hasta que acabemos con la epidemia mundial de TB. … Nuestro trabajo empieza con la investigación científica.
Esto siempre fue así, cuando miembros de La Unión descubrieron la vacuna BCG, o cuando expertos técnicos de La Unión desarrollaron el tratamiento DOTS. El año pasado La Unión apoyó trabajo investigativo en 42 lugares distintos del mundo, en todos los continentes, como por ejemplo en México, Perú y Brasil. Porque estamos frente a una crisis de salud pública, una de las prioridades de la investigación para La Unión es encontrar soluciones para las cepas farmacorresistentes de TB.
Y me enorgullece decir que estamos transformando el enfoque al tratamiento de la TB farmacorresistente. La semana pasada precisamente, en Liverpool, anunciamos los resultados finales de un importante estudio observacional llevado a cabo por La Unión con algunos socios – MSF, el Instituto de medicina tropical de Amberes y la Fundación Damián – en 9 países francófonos de África, en los que se había dado un tratamiento a pacientes para la TB farmacorresistente utilizando una combinación especial de fármacos.
Basándonos en los resultados del tratamiento dado a 1 200 pacientes, disponemos ahora de un régimen mucho más breve y eficaz que el que se llevaba utilizando en los últimos años. El nuevo régimen de tratamiento, en vez de demorar 20 meses o más, requiere solo nueve meses.
Y en vez de obtener un resultado exitoso en un 55 por ciento solamente de los pacientes, este nuevo régimen ha sido exitoso en el 82 por ciento de los casos. Y no es solo más breve y más eficaz, sino también más barato… quizás hasta una tercera parte del coste del antiguo tratamiento.
Ha demostrado ser tan efectivo que en base a los datos preliminares, la Organización Mundial de la Salud anunció en mayo pasado que recomienda ahora el nuevo régimen como estándar de tratamiento para la TB multidrogo resistente.
Los titulares de los artículos de prensa publicados por los periodistas que asistieron a la conferencia describían este nuevo tratamiento como un enorme avance para los pacientes de TB.
El régimen de 9 meses es un perfecto ejemplo de la manera ideal como La Unión lleva a cabo su labor. Hemos seguido adelante con una rama de investigación que cambió la política y la práctica de la salud pública y que va a generar mejoras directas en la vida de pacientes del mundo entero. Ahora que tenemos la recomendación de la OMS, les incito a que difundan la información entre sus responsables gubernamentales y sus colegas de que el régimen de 9 meses se ha convertido en el nuevo estándar de tratamiento… y que es más sencillo, más eficaz y más barato que el antiguo tratamiento.
Y llegado el caso, no duden en decirles que La Unión está dispuesta a apoyarlos a la hora de implementar el nuevo régimen. Mientras tanto, La Unión seguirá buscando opciones aún mejores para la TB-MDR. El ensayo STREAM, dirigido por I. D. Rusen, es un ensayo clínico aleatorio controlado, y es uno de los ensayos clínicos más complejos jamás llevado a cabo para cualquier enfermedad en el mundo.
El año pasado la primera fase del ensayo STREAM reclutó sus primeros 400 pacientes, lo cual permitió la expansión del ensayo en su segunda fase. En esta segunda fase, estamos probando un régimen de 9 meses para la TB-MDR que utiliza únicamente un tratamiento oral lo que elimina las inyecciones dolorosas que eran requeridas hasta ahora y que llevan a menudo a una pérdida de la audición, resultado frecuente y devastador para los pacientes y sus familias.
Además del régimen oral de 9 meses, STREAM está ensayando un régimen más breve aún, de 6 meses, para el tratamiento de la TB-MDR. De ser exitoso, esto nos llevará a una nueva era en que la tuberculosis farmacorresistente pueda curarse con una duración de tratamiento idéntica a la de la TB que responde a los fármacos. En colaboración con MSF, La Unión también ha contribuido al lanzamiento y la ejecución del Proyecto 3P, cuyo primer director acabamos de contratar.
Este proyecto apunta a utilizar fármacos candidatos de distintas fuentes con miras a ensayar distintas combinaciones posibles, para luego propiciar la adopción por los sistemas de salud de los regímenes aprobados. Mediante esta investigación, La Unión está fomentando un programa nuevo en la lucha contra la TB farmacorresistente. … Obviamente… todos sabemos que una vez aprobados los nuevos tratamientos, no empiezan automáticamente a circular por el mundo hasta caer en las manos de médicos y pacientes. La investigación ha demostrado que en el pasado, los países de ingresos bajos y medianos han requerido un promedio de tres años para implementar cambios inclusive sencillos en los regímenes de tratamiento de la TB. Tres años.
En tres años, más de medio millón de personas habrá desarrollado una TB farmacorresistente. A la hora de poner en marcha el nuevo régimen de 9 meses, no podemos aceptar esperar tres años.
Hasta hemos podido oír cómo decía un alto funcionario de la salud, presente en la conferencia de Liverpool, que su programa nacional de TB tenía previsto llevar a cabo su propio ensayo piloto, del cual se evaluarían luego los resultados, antes de difundir más ampliamente el tratamiento de 9 meses.
No podemos demorar de tal manera. La TB farmacorresistente es una de las peores enfermedades que cualquier persona pueda verse obligada a enfrentar, y hay millones de personas en esperas de un tratamiento efectivo. Sencillamente, ya no hay tiempo que perder. … Esto significa que hemos de COMPARTIR la información.
Tenemos que informar acerca del régimen de 9 meses, y proporcionar el conocimiento, la formación y la asistencia necesarios para que el tratamiento llegue a los pacientes. Precisamente para lograr ese objetivo, la semana pasada anunciamos la creación de un nuevo programa especializada en TB-MDR encargada de brindar un apoyo activo a los países, para que el régimen de 9 meses esté disponible rápida y eficazmente.
Este nuevo programa TB-MDR será dirigida por la Dra. Paula Fujiwara, Directora científica de La Unión, y ofrecerá todo lo que pueda necesitar un país para poner en marcha eficazmente el nuevo tratamiento de 9 meses…incluyendo asistencia técnica, formaciones para los administradores de servicios de salud y los médicos clínicos, y apoyo a la investigación para garantizar que los programas de TB estén aplicando el régimen con eficiencia y eficacia.
El nuevo programa TB-MDR se sustentará en la larga tradición de La Unión de compartir nuestros conocimientos gracias a la asistencia técnica que proponemos a los gobiernos. Solo el año pasado, casi mil especialistas de todos los continentes recibieron una capacitación técnica de La Unión sobre TB y TB-MDR. Y de hecho, el año pasado colaboramos con el Ministro de Salud y con Janssen para determinar las pautas a seguir para mejorar el tratamiento de la TB-MDR y los cuidados sanitarios aquí en Perú.
Nuestro programa internacional de desarrollo gerencial ha formado a más de 500 administradores de sistemas de salud. Y nuestro Centro para la Investigación Operativa ha capacitado a más de 110 investigadores. Me complace informar que también hemos puesto en marcha nuestro primer curso de capacitación en investigación operativa en español.
La labor que realizamos para compartir la investigación y el conocimiento contribuye al mejoramiento de las capacidades de los médicos clínicos, de los administradores de servicios de salud y de los investigadores, para que a su vez ellos puedan mejorar la respuesta a la TB en sus países respectivos.
Por último, La Unión actúa, con su labor de abogacía y comunicación estratégica, para edificar la voluntad política de eliminar la TB a los máximos niveles de gobierno, y para incrementar la demanda de servicios de TB en las comunidades afectadas. Esta labor es igual de crítica para acabar con la TB que la que llevamos a cabo en el ámbito técnico.
El gran epidemiólogo de la TB René Dubos, y su esposa Jean Dubos, instaron al mundo a pensar en la lucha contra la TB con un enfoque que vaya más allá de píldoras y pacientes. Hace más de 60 años, en su libro ya clásico La Peste Blanca, escribieron, y cito, que – “La tuberculosis es una enfermedad social y presenta problemas que trascienden el enfoque médico convencional.
El impacto de los factores sociales y económicos debe ser tan considerado como los mecanismos por los cuales los bacilos tuberculosos causan daños en el cuerpo humano”.
Sus palabras tienen hoy la misma validez. Las soluciones técnicas son necesarias, pero no son suficientes para acabar con la epidemia de TB. Necesitamos que muchas más personas apoyen el objetivo de eliminar la TB y contribuyan a nuestros esfuerzos. Ahora que la TB es la enfermedad infecciosa más mortífera del mundo, y que la Asamblea General de las Naciones Unidas ha dedicado una Reunión de alto nivel completa a la temática de la farmaco-resistencia, ha llegado la hora de que trabajemos juntos, estratégicamente, para posicionar la TB en los más altos niveles de los programas políticos nacionales e internacionales.
Todos sabemos que la voluntad política es uno de los pilares del tratamiento DOTS, y entre los ministros de sanidad y miembros del parlamento de países del mundo entero, contamos con defensores influyentes. Tenemos que asistirlos mejor, ayudándoles a edificar entornos propicios a su alrededor, para que tengan todos los recursos que necesiten para llevar a cabo su labor.
Se requiere un liderazgo al máximo nivel político, lo que significa, repito, liderazgo al máximo nivel político posible. Se trata del liderazgo que puedan ejercer presidentes y primeros ministros. Cuando piensan en los defensores de la lucha contra la TB, ¿acaso les viene en mente un solo presidente o primer ministro? La TB ha de ser una prioridad para el Secretario general electo de la Naciones Unidas António Guterres…y la TB ha de ser una prioridad para el próximo Director General de la Organización Mundial de la Salud.
Disponemos de un recurso valioso con el Global TB Caucus, lanzado a continuación de la primera Cumbre de la Tuberculosis para parlamentarios, que se celebró conjuntamente con la Conferencia Mundial de La Unión en Barcelona en el 2014. Cincuenta representantes políticos de treinta países se reunieron el año pasado en Ciudad del Cabo.
El Caucus es ahora una entidad sostenible, cuyo personal es suministrado por la Alianza Stop TB. A fecha de hoy, más de 2 000 parlamentarios de más de 130 países han firmado la Declaración de Barcelona, comprometiéndose a actuar contra la TB.
El Honorable Nick Herbert, diputado británico y copresidente del Caucus, mencionó algo en su discurso la semana pasada en la sesión de clausura de la Conferencia Mundial, algo que todos deberíamos internalizar, creo yo. Nos recordó que los objetivos que nos hemos fijado nos comprometen a acabar con la TB en unos quince años.
Pero con el ritmo actual de los avances, será necesario más de un siglo. Los compromisos actuales, entonces, distan mucho de ser suficientes. De hecho, el Treatment Action Group y la Alianza Stop TB hicieron público en Liverpool su último informe sobre financiación de investigación y desarrollo sobre TB, en el que queda demostrado que va disminuyendo la inversión en herramientas nuevas contra la TB, alcanzando el año pasado su más bajo nivel desde 2008.
Los compromisos actuales distan mucho de ser suficientes. Por ese motivo, necesitamos más que una voluntad política en los más altos niveles. También necesitamos movimientos sociales más poderosos a nivel comunitario y en las bases.
A menudo vemos el movimiento del SIDA/VIH como un modelo a seguir para la abogacía a favor de la TB, y en una amplia medida lo es. Pero al mismo tiempo, nunca debemos olvidar que un siglo atrás, el movimiento contra la tuberculosis era un movimiento social y político influente, que movilizó amplios recursos para la lucha contra la TB y logró reformas que hicieron progresar los derechos y la dignidad de los pacientes y las familias afectados por la enfermedad.
Debemos sentirnos orgullosos de nuestra historia, e inspirarnos de ella para nutrir un movimiento mundial contra la TB que se base en redes, con puntos de influencia en muchas más capitales y comunidades del mundo entero, capaz de llamar a que se cubran todas las necesidades de las personas afectadas por la TB, y fundamentado en los derechos humanos de alcance universal.
Eso es lo que la Unión está haciendo, por ejemplo, en la India, donde estamos ejecutando la campaña para una India libre de TB, con la que educamos a la opinión pública acerca de la TB y logramos que el gobierno nacional se comprometa a mejorar drásticamente su respuesta a la TB. También estamos liderando el proyecto Axshya, en el cual trabajamos directamente con una red de más de 1 000 organizaciones locales de la sociedad civil en 300 distritos.
Gracias a esta red, hemos compartido información sobre TB con 15 millones de personas en 8 600 pueblos, con lo que se facilitó el diagnostico de 20 000 personas que recibieron un tratamiento para TB. Este proyecto, que recibe el apoyo del Fondo Mundial, obtuvo la más alta puntuación posible en evaluación del desempeño.
Todos sabemos que nos esperan muchas tareas difíciles. Los ministros de salud que acudieron a Liverpool se reunieron durante seis horas seguidas durante las cuales describieron numerosos desafíos. Desafíos políticos causados por la ausencia de liderazgo. Desafíos gestionales causados porque los programas utilizan sistemas debilitados y tecnologías anticuadas.
Desafíos técnicos causados por la resistencia a los fármacos, por las comorbilidades de tipo TB-VIH y TB-diabetes, agravadas por herramientas imperfectas. Desafíos sociales causados por la pobreza y la estigmatización. Pero en todos los casos, las soluciones que identificaron incluían un fortalecimiento de la cooperación con La Unión.
Lo cual atestigua de la labor de los miembros, del personal y de los consultores técnicos de La Unión, quienes llevan a cabo cada día nuestra misión de facilitar soluciones de salud que cumplan las necesidades de las poblaciones que viven en la pobreza. Tenemos un tesoro profundo de conocimientos técnicos y políticos… tenemos una presencia global con fuertes relaciones en los países de ingresos bajos y medianos… tenemos la credibilidad que sólo puede conferir el ser una organización científica políticamente neutral y guiada por resultados comprobados.
Al acercarnos al año 2017, estamos sentando las bases necesarias para cambiar el curso de la epidemia y emprender el rumbo de la eliminación de la TB. Para ser exitosos, todos tenemos que trabajar juntos, mancomunadamente.
Tenemos que Saber cuáles son las soluciones. Tenemos que Compartirlas. Y tenemos que Actuar.
Gracias.